Lucas Gallitto es el director para América Latina de GSMA (Global System for Mobile Association), una organización global que representa a los operadores móviles de todo el mundo. Recientemente visitó Panamá para presentar el informe “El camino hacia una Panamá digital y conectada”, un conjunto de propuestas de políticas públicas TIC dirigidas a Panamá.
Conversamos con él para conocer los detalles del informe, y además obtener su punto de vista sobre el mercado local y la implementación de la tecnología 5G en Panamá.
¿En qué consiste el informe que están presentando?
Nosotros lanzamos, hace algunos días este documento, que justamente refleja, lo que creemos es el camino hacia una Panamá digital y conectada. Trabajamos mucho alrededor de las elecciones presidenciales en América Latina desarrollando este tipo de propuestas para el próximo presidente.
Arranca diciendo que hace cinco años atrás nos habíamos unido como industria para tener este documento. Creo que han pasado cosas interesantes en los últimos años. Me parece que Panamá da un paso importante en lo que fue la reducción del precio de espectro. Creo que ha dado pasos importantes para lo que fue la modificación de la ley que bloqueaba la posibilidad de las consolidaciones. Creemos relevante que las estructuras de mercado son claves, sobre todo para poder acelerar los despliegues de quinta generación que, está aprobado, que requieren escala. Cuando vemos la región, incluso vemos el mundo, vemos que hay una tendencia a la consolidación.
Panamá, con cuatro millones de habitantes, tenía cuatro operadores; tenemos Brasil, 200 millones de habitantes, tres operadores; Estados Unidos, 400 millones, tres operadores y México, 130 millones, dos operadores. Alguien me preguntaba si tal vez era el número correcto y ponía esto sobre la mesa.
La conectividad tiene el poder de cambiar la vida de las personas. Cuando yo era pequeño tener un móvil era un símbolo de estatus. Hoy no hay dudas de que es un elemento democratizador, que incluso permite acceso a la información, permite consolidar las democracias, permite continuar trabajando a las personas y educándonos, permite la cohesión social. Las redes, gracias a las inversiones que se han hecho en toda América Latina en los últimos años, han podido responder.
Nosotros tenemos este documento que, de alguna forma, refleja la visión de la industria y en particular para este ciclo se focaliza en tres ejes. Uno es el de políticas de espectro, con dos subejes. Uno de los puntos que nosotros planteamos siempre es poder tener una hoja de ruta clara hacia adelante respecto al espectro, cómo se va a disponibilizar, con qué condiciones y demás. El otro es el hecho de revisar el precio de espectro a la realidad que tiene en el negocio, sobre todo ahora teniendo en cuenta la llegada de la quinta generación.
A lo mejor ya no podemos aplicar los mismos conceptos de precio por ancho de banda que teníamos porque ahora se requiere mucho más. En el pasado, los bloques para 4G eran de 15 megahertz y hoy estamos hablando de 100 megahertz para tener un 5G, entonces el precio por megahertz, ya debería ser diferente justamente por esas necesidades. Vinculado a eso, garantizar la transparencia y claridad de los procesos de asignación, para fortalecer todo lo que es la institucionalidad y los mecanismos.
El segundo, no solo de espectro vive el hombre. Al final de cuentas el espectro solo se convierte en conectividad si hay una infraestructura que amalgama al espectro. Es importante poder contar con un reglamento, poder contar con trámites más eficientes. Sabemos que acá los municipios cumplen un rol fundamental. Creo que es importante también el trabajo educativo de los municipios. Muchas veces se ve a la industria como una fuente de ingresos adicional por tasas y trámites y nos estamos perdiendo el hecho de que la conectividad de calidad debería ser un servicio más que el alcalde pone a disposición de las personas.
Vemos muchos alcaldes inaugurar plazas, agua corriente, cloacas, iluminación, pero ¿cuántos alcaldes vimos inaugurar conectividad de calidad? Yo no vi ninguno y la conectividad de calidad nos permite cambiar la vida de las personas. En la pandemia, esa por ejemplo fue la diferencia entre poder estudiar y no poder estudiar, entre poder trabajar y no poder trabajar o incluso entre poder mantener la cohesión social o no.
Y el último es el de simplificación regulatoria. Históricamente hemos venido a una industria que con un fuerte legado de regulación hoy estamos viendo la necesidad de simplificar la regulación. Cuando hablamos de simplificación es del concepto. Creo que hay mucha regulación obsoleta. Debemos tratar de pensar en una regulación ex post. Al final de cuentas siempre la tecnología va más rápido que la regulación. Poner al usuario en el centro de la regulación para que el eje sea la protección del usuario y de alguna forma también tener la posibilidad de tener un regulador fuerte institucional, técnico y capacitado para poder hacer frente a la toma de decisiones que requiere la regulación del futuro.
Creo que esos tres ejes, pueden llevar a Panamá a la próxima etapa de una Panamá digital y conectada, ya de cara y de lleno en lo que es 5G.
Comparándolo con el informe anterior ¿Qué propuestas nuevas aparecen en este?
El tema de espectro estuvo y está presente porque es la piedra angular de nuestra industria. Creo que en esta oportunidad la parte de simplificación regulatoria aparece más fuerte, porque vemos toda una dinámica diferente en lo que es el ecosistema digital. Hoy vemos discusiones sobre fair share, ahora en le región también tenemos discusiones respecto a mismas reglas para los mismos servicios, tenemos productos que están cargados de regulación de cosas que tenemos cumplido y en otros no. El ecosistema digital se volvió más complejo y la simplificación regulatoria se volvió más relevante. Yo remarcaría el tema de la simplificación regulatoria.
Aprovechando la visión regional que se tiene de la industria ¿Qué países ya están allá donde debería estar Panamá?
No existe el país perfecto. Hay países que lo hacen muy bien en ciertas cosas. Si vamos a los números tanto Chile como Brasil son países que tienen números de digitalización muy buenos.
Chile, históricamente, ha tenido una visión no recaudatoria para el espectro, por ejemplo, y eso ha permitido que aun siendo un país tan extenso tenga mucha penetración de los servicios.
Brasil lo hace muy bien. Tiene un regulador muy capacitado técnicamente. Es el país que está liderando las discusiones que están en el mundo. Brasil tiene dos consultas públicas en este momento sobre fair share.
También hubo alguna movida interesante en Colombia desde el punto de vista de modificación de estructuras impositivas, para hacer más asequibles los dispositivos. Hoy la asequibilidad de los dispositivos sigue siendo una barrera. Si comparamos el precio de los dispositivos con el salario medio latinoamericano es un continente desigual. No tanto el servicio, creo que el servicio es asequible. La industria ha sido muy flexible desde la ingeniería comercial para hacerlo asequible a todos los bolsillos, desde la llegada del prepago. Cuando tú tienes dinero le pones y puedes ponerle mucho o poco, o puedes tener pospago. Ha sido un gran logro y me parece que ese ha sido un acierto de la industria.
Tenemos en América Latina hoy una brecha de cobertura del 7%. 7% de los latinoamericanos no tienen cobertura banda ancha móvil, 93% sí lo tienen. Si vamos a Panamá ese número es 8%. No estamos muy lejos del promedio regional. Cuando vamos a al porcentaje de adopción Panamá sí está unos puntos por debajo de la gente que tiene cobertura y la utiliza. Creo que 42% vs 38%. Allí sí tenemos una oportunidad. Tenemos una brecha de uso, 38% de los panameños tienen cobertura de banda ancha móvil, pero no la utilizan ¿por qué no la utilizan? Esas creo que son las barreras importantes para atender
En el último año el mercado de las telecomunicaciones en Panamá cambió totalmente. Teniendo en cuenta los números de población y lo que el país necesita ¿puede mantenerse con dos operadores?
No existe un número mágico. Si se intenta poner artificialmente un operador nuevo, en el mediano o largo plazo vamos a ver que las cosas no van a funcionar. No necesariamente más operadores es mejor. De hecho, nosotros hemos hecho un trabajo hace algunos años de estructuras de mercado para Centroamérica y veíamos el concepto de “u” invertida, es decir que cuando la cantidad de operadores se maximiza ya empieza a caer porque esta es una industria de capital intensivo, se necesita escala. Puedes tener muchos operadores, pero esos operadores no tienen la capacidad, el negocio no genera los recursos necesarios para poder desplegar la próxima tecnología. ¿Qué es preferible tener cuatro operadores con 2G o dos operadores con 5G?
Se hizo un anuncio de que se iniciarán pruebas para que se implemente la tecnología 5G en Panamá. Parece que finalmente hay un operador interesado en ir hacia la tecnología.
Claramente está en el ADN de los operadores invertir y desplegar siempre la mejor y más nueva tecnología. Por ejemplo, veamos el caso de Brasil. Brasil revisó las condiciones de mercado y pasó de 4 a 3 operadores. Hizo una subasta, no recaudatoria, es decir que dijo no me interesa el dinero. El 93% del valor de la subasta fueron compromisos de cobertura. No me den el dinero a mí, pónganlo en conectar brasileros. Pasó una ley de instalación de antenas con silencio positivo automático.
Brasil tenía hitos marcados por el gobierno, en concepto de fases, y cuando ves la realidad es que la industria ha ido mucho más rápido que los hitos que tenía marcado previamente el gobierno. El gobierno tiene la potestad y la capacidad de poner las condiciones con las cuales la industria reacciona para que esas inversiones fluyan. Si el precio del espectro es caro, si es muy difícil desplegar infraestructura, si hay una regulación obsoleta que no logramos disminuir, si no tenemos espectro asequible para que se convierta en conectividad y si no podemos desplegar infraestructura, la ecuación no funciona.
¿Qué beneficios consiguen los países con la adopción de 5G?
A mí me gusta decir que la quinta generación es un activo estratégico que van a tener los países para poder ser más productivos. Si eres una industria y tienes que decidir poner tu planta de producción en el país A o en el país B, entonces analizas la calidad de la energía eléctrica, de los recursos humanos, las vías navegables, la infraestructura vial y la infraestructura digital. Un país que tiene quinta generación versus uno que no, tiene un activo estratégico que le da una ventaja sobre el vecino.
Pero también es interesante que ahora está pasando dentro de las ciudades. Podemos elegir la ciudad A, B o C, pero la ciudad A tiene un alcalde con visión de futuro que reconoce la conectividad como un activo estratégico, donde su polo industrial está con una quinta generación de muy buena calidad. Cuando esa industria se establece mejora la vida de las personas que viven allí porque se desarrolla, porque se producen oportunidades laborales y al final de cuentas lo que los alcaldes quieren es cambiar la vida de las personas para bien.
¿Qué representa la adopción de 5G para los usuarios?
Lo vamos a ver como en cualquier ciclo tecnológico normal. Es decir, inicialmente los dispositivos eran los más caros y a medida que pasen los años van a ser muchísimo más asequibles y van a seguir una curva descendiente. Va a ser más velocidad y demás, pero quinta generación no está pensada para eso. Quinta generación está pensado para el B2B. Nosotros no nos vamos a dar cuenta, pero en promedio en los próximos años vamos a tener 10 a 15 dispositivos conectados y no lo vamos a saber, pero va a cambiar nuestra vida.
No es simplemente desplegar 5G y ya sino, que ese 5G para qué lo queremos utilizar. Lo queremos utilizar para que los procesos productivos generen ganancias de escala, para que sean más eficientes. Hay una gran oportunidad en todo lo que es el sector de smart cities.
Hay un piloto en la ciudad de Barcelona donde tenemos sensores de 5G en los botes de basura gigantes que miden qué tan llenos están y todas las noches hay un software que modifica la ruta de los camiones recolectores para que sea la más eficiente y eso contribuye al medio ambiente. Quinta generación es un aliado para la discusión sobre cambio climático.
La tecnología móvil tiene el poder de cambiar la vida de las personas y desde GSMA lo que buscamos impulsar en nuestra relación con gobiernos es eso. Nosotros como GSMA nos apartamos de los intereses que pueda tener cada compañía en particular, lo vemos como industria. Panamá y América Latina tienen la posibilidad de acelerar este despliegue con política pública pro-Inversión.
El informe se puede descargar AQUÍ.