Sólo el año pasado en la región latinoamericana se realizaron incautaciones por el orden de los $13.5 millones en relación a piratería de tintas. Una cifra alta considerando todos los esfuerzos de las empresas fabricantes para complicar los procesos de copia y suplantación de identidad de los delincuentes.
HP, por ejemplo. La compañía lleva años dedicando esfuerzos a contrarrestar las prácticas que vulneran su marca y sus productos y exponen a los consumidores a falsificaciones. Incluso cuenta internamente con un proyecto que se encarga de monitorear e identificar los casos sospechosos.
En Latinoamérica, Andres Delgado es el encargado de comunicación para el programa antipiratería de HP, que tiene un enfoque específico en piratería de tintas. Conversamos con él para conocer los avances en este sentido dentro de la empresa y cómo, a pesar de todos los esfuerzos, continúa siendo una amenaza.
La compañía sigue innovando en realización a la forma en que presenta sus productos, pero los delincuentes también se las ingenian, aunque dos pasos detrás. Las nuevas etiquetas de para tintas de HP tienen una marca holográfica, en la que deben coincidir un “OK” y un “checkmark”. Es el mismo material que se usa en los billetes actuales de $100, casi imposible de replicar.
A su modo, los delincuentes han tratado de imitar el holograma, pero usan un material lenticular, como el usado en juguetes de niños.
La empresa ha decidido incorporar también códigos QR únicos como sello de seguridad, incorporando un paso adicional a la verificación del producto. Lo que hace que sea muy fácil para el consumidor darse cuenta de una estafa.
Sin embargo, los delincuentes ya no están detrás de los consumidores individuales, van a lo grande.
“Hemos detectado que las víctimas principales de este tipo de piratería son las instituciones públicas o las empresas que hacen grandes compras por medio de concursos o licitaciones. Lo que hacen los falsificadores es bajar sus márgenes al modo mínimo, que no levanten tantas sospechas, y mezclan original con falsificado para hacerlo más difícil de detectar. Entonces a la hora de la entrega, el interior son los originales y al centro los falsificados”, explica Delgado.
Ante esta situación ya han surgido nuevos procesos en la compañía. HP tiene una iniciativa que conocida como “Blindaje de Cuentas”, a través de la cual monitorear todas las licitaciones públicas. Si se detecta algún comportamiento sospechoso, la compañía se ponen en contacto con la entidad y le ofrecen un plan que comprende recomendaciones, documentos y requisitos, que casi ningún falsificador puede cumplir.
En la mayoría de los casos esto es suficiente para que ellos abandonen las licitaciones.
Si esto no avanza se ofrece otro recurso denominado “Inspección de entrega”, en el que un perito de la marca certifica, producto por producto, que sea original, emitiendo una certificación sobre cada uno. En caso de que no lo sea, ellos dejan a criterio de la institución cómo proceder.
Además, colaboran en las investigaciones y con los legisladores para que se desarrollen leyes más duras en relación a propiedad intelectual.
“La piratería es el crimen perfecto en el sentido de que es altamente lucrativo y en muchos casos, sobre todo en países con economías en desarrollo, poco penado. Considerado un crimen de bajo interés”, asegura Delgado.
Sobre Panamá, asegura que es un mercado bastante saludable en cuanto a apoyo de las autoridades, ya que existe una buena relación con las agencias de justicia, por lo que trabajan con las aduanas para que aprendan a identificar los productos originales.
De acuerdo con el especialista, en América Latina la industria de la impresión pierde alrededor un 7% del mercado por los productos pirata.
Incluso, quienes deciden arriesgarse y utilizarlos como alternativa se ven afectados ya que a nivel de calidad no se igualan a los originales, por lo que realmente no se registra un ahorro y se pierde la garantía.
Para más información sobre el programa antipiratería de HP se puede visitar ww.hp.com/la/antipirateria